jueves, 3 de julio de 2008

Lo trataron como un Chico

Frank Pacheco, uno de los jugadores más relevantes del primer compromiso de la final de la Copa Mustang I del 2008, incrustaba en la red el balón que significaría el 1-2 final con el que el Boyacá Chicó daría un paso gigante para alzarse con su primer título en la corta historia de esta institución, pero una decisión discutida del árbitro Wílmar Roldán, no permitió que el conjunto boyacense lograra el triunfo y así un paso fundamental para la consecución del título.

Lo negativo del acontecimiento, además de la frustración que generó esa acción en los jugadores del equipo visitante, es la continuación de errores en contra del Boyacá Chicó, escuadra que tiene como presidente a Eduardo Pimentel, un hombre polémico que hace pocos días había recibido una multa de 55 millones de pesos por expresar su desacuerdo con el central Óscar Julián Ruiz.

Ahora este nuevo error deja en claro que lo del Chicó ya no es una casualidad; preciso fue Wílmar Roldán el árbitro que tanto temía Pimentel que dirigiera el compromiso (recuerden el error en el compromiso del Chicó contra el Deportivo Cali cuando este referí antioqueño sancionó una pena máxima con una falta fuera del área), el mismo hombre que tomó la decisión de acabar el partido cuando había una opción manifiesta de gol en el último segundo del mismo. Ahora sólo falta que para rematar al Presidente del conjunto boyacense, el partido en Tunja lo dirija el también indeseado para Pimentel, Óscar Julián Ruiz.

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